Cuando no obtenemos lo que esperamos, la realidad parece partirse en pedazos; sin embargo, es el momento de reconstruir, esta vez con bases más sólidas, más firmes, con bases verdaderas.
Encontremos lo que realmente sentimos ; para eso es muy posible que debamos salir del entorno habitual y de las verdades sobre las que asentamos nuestra vida; quizá no sean tales sino fruto de lo aprendido, de lo heredado o de lo que decidimos adoptar como propio, cuando no lo era.
Tener calma y observar es el primer paso . No hemos de observarnos como víctimas ni ver la vida como un verdugo, todo es un gran símbolo de nosotros; debemos comprender mejor qué hace en nuestra vida eso que se cae y por qué lo adoptamos.
Debemos comenzar por reconstruir desde los cimientos; poner cimientos firmes no es fácil, tendemos a guardar y amontonar recuerdos, gestos, palabras, y los utilizamos repetidamente. Es el momento de limpiar, vaciar, llenarse de lo que en realidad llevamos dentro, es el momento de exponer más lo que somos.
La autenticidad es crucial en un camino de reconstrucción y de reconocimiento. Muchas veces, no comprendemos lo que significa ser auténticos. No implica salir corriendo a decir lo primero que se nos ocurre, sino meditar de buen grado acerca de nuestro compromiso con nosotros, a fin de no traicionarnos, de no postergarnos, de no dejarnos a un lado, de construir nuestro camino al andar sin bloqueos, sin tapujos, entonando nuestra canción y mostrando lo que realmente es importante mostrar: nuestra conclusión.
En la medida en que proyectamos hacia el exterior, hacia la vida, en la medida en que plasmamos en la realidad exterior nuestro ser, en esa medida estamos poniendo las bases para seguir adelante en verdad, en esa disposición estamos construyendo, solo en esa tesitura estamos creando vida, creando nuevas oportunidades.
En el autoconocimiento está la clave para comprender de qué estamos hechos y hacia dónde vamos. Todo está dentro de nosotros. No perdamos la confianza en nuestro interior. Busquémoslo como quien busca a un ser amado. Entreguémonos a esa búsqueda sinceramente. Hallaremos el gran sentido, alcanzaremos la libertad y la dicha.